viernes, 3 de septiembre de 2010

Hua-Shan:La montaña sagrada.

Hua-Shan, es el nombre de una de las cinco montañas sagradas de China. Se encuentra en la provincia de Shaanxi, a unos 120 kilómetros al este de Xi`an, y tiene el privilegio de poseer, para ascender a los templos taoístas de su cumbre, uno de los senderos más escarpados y peligrosos del planeta.
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No en vano, se presupone que más de un centenar de accidentes, la mayoría mortales, acontecen todos los años en este peligroso trayecto, aunque las autoridades chinas guardan silencio en este aspecto.


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La parte más peligrosa del recorrido es la conocida como “Changong Zhandao”, de casi 4 metros de largo y unos 30 centímetros de ancho, a lo largo de un camino vertical acantilado, donde sólo un paso en falso significa caer al abismo. Otro tramo vertiginoso es el conocido como “Dragón negro”, esculpido en una larga y empinada arista de la roca de tan apenas unos centímetros de anchura. Continuando la ruta encontramos paredes prácticamente verticales, donde hay que trepar agarrándose a oxidadas cadenas y vetustos escalones. La “Garganta de los cien escalones” es el más espectacular, ascendiendo por una pendiente de 90º. Pequeñas pasarelas incrustadas en la roca, apenas unos tablones temblorosos, son el único paso para acceder a otros puntos más elevados del trayecto. En invierno, la nieve y el hielo todavía dificulta más la ascensión, convirtiéndola en algunas épocas en algo imposible.
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Algunas partes de esta peligrosa ascensión solo deberían de ser accesibles para gente versada en las artes de la escalada o el montañismo, pero no es así, y muchísima gente sin preparación se atreve con esta hazaña, pues llegar a la cumbre es todo un reto, tanto espiritual como físico y la recompensa es grande.
Es un privilegio contemplar desde la cima de Hua-Shan, el conjunto de las cinco montañas sagradas, que vistas desde cierto ángulo, asemejan una gigantesca flor y para las creencias taoístas, el coronar las cinco montañas significa dar un paso de gigante hacia la inmortalidad. Muestra de lo complicado de su ascensión es, por ejemplo, el dato de que durante la Revolución cultural, los Guardias Rojos, que intentaron destruir todos los templos taoístas, solo lo consiguieron con los que hay en la parte baja de la montaña, sin conseguir acceder a los más altos, que permanecieron intactos.
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El sendero y los templos fueron construidos durante muchas décadas por los estos monjes taoístas, no fueron pocos los que dejaron sus vidas en su construcción, aunque para ellos, morir en esta sagrada empresa fue todo un honor. Tan solo hay que imaginar lo complicado que es ascender a pie para hacerse una idea de la enorme tarea que les supondría subir todos los materiales empleados para la construcción de los templos. Maderas, grandes bloques de roca, etc.…
Desde Hua-Shan, nombre que también tiene el pueblecito que hay en las faldas del monte, se tarda unas diez horas en ascender a pie hasta el templo más alto. Para los más vagos o menos temerarios, existe la posibilidad de subir en teleférico hasta el pico este. El ascenso también es impresionante y no apto para los que padecen de vértigo, aunque para los chinos taoístas que peregrinan todas las primaveras es algo demasiado caro, y queda prácticamente para el uso de los turistas extranjeros.
Sin duda, un paseo que corta la respiración, tanto por el peligro que conlleva como por la belleza del lugar. Uno de esos lugares únicos en el mundo y que uno debería de visitar por lo menos, una vez en alguna vida...
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Un par de videos interesantes:  
Vía:Isabela
 

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